Grupo de pares para niños pequeños: La importancia de los contactos sociales tempranos
Descubre cómo el grupo de pares moldea el desarrollo social, la comunicación y el comportamiento lúdico de los niños pequeños en guarderías y jardines de infancia.
SOCIAL Y VALORES
El término grupo de pares significa algo así como "un grupo de personas de la misma edad" o "un grupo de iguales". En el ámbito educativo, este término se utiliza a menudo para describir grupos de niños o jóvenes que se reúnen por razones específicas. Estas razones pueden ser muy variadas.
Un grupo de pares suele formarse debido a la similitud en la edad, los intereses, las aficiones, el origen o el género. Instituciones como el jardín de infancia o la escuela son especialmente propicias para el desarrollo de diversos grupos de pares.
La ventaja de los grupos de pares desde temprana edad
Si analizamos con más detalle la definición de grupos de pares, veremos que un grupo de pares puede formarse muy pronto. Hoy en día, los niños se relacionan fuera del ámbito familiar a edades cada vez más tempranas. Se reúnen en grupos de juego con otros niños de su edad, luego van juntos a gimnasia infantil, al parque, al jardín de infancia y a la escuela primaria. Con el tiempo, los grupos de pares se forman de manera natural a través del juego regular con los mismos niños.
Este juego es especialmente valioso para los niños pequeños. Desde el principio, aprenden que el mundo no gira solo a su alrededor y que existen otros niños. Jugar juntos en un grupo de iguales les enseña consideración, resolución de conflictos, compartir y asertividad. Cuanto antes aprendan estas habilidades en grupo con sus iguales, mejor podrán integrarse en una comunidad más adelante. Además, el efecto del aprendizaje es mucho mayor cuando aprenden estas habilidades en un grupo de iguales que cuando los padres intentan enseñarles, por ejemplo, a compartir.
Aprendiendo unos de otros: desde el principio
Los niños menores de dos años suelen jugar uno al lado del otro en lugar de juntos. Esto es perfectamente normal y no hay motivo de preocupación. Sin embargo, un grupo de iguales ya es muy valioso para los niños menores de dos años. En él, los pequeños pueden aprender mucho unos de otros. Con el tiempo, los niños deciden por sí mismos con quién quieren jugar y con quién prefieren no hacerlo. Forman su grupo de iguales sin la intervención de un adulto.
De hecho, ya es importante que los bebés y los niños pequeños tengan mucho contacto con niños de su misma edad. Incluso en su primer año, la mayoría de los bebés muestran un gran interés por otros bebés y niños. Practican sus primeros pasos en el comportamiento social, como sonreír, balbucear y dejarse tocar. En su segundo año, se incorpora el juego imitativo. Los niños pequeños son especialmente importantes en este sentido. A los bebés les resulta más fácil aprender de otros niños que de los adultos.
Para un adulto, puede que no parezca que los bebés y los niños pequeños interactúen entre sí. Sin embargo, una observación más atenta revela el inicio de su primer grupo de pares. Algunos ejemplos tempranos de este juego compartido incluyen balbucear juntos, imitar movimientos o bailar al ritmo de la música. Con el tiempo, los niños de un grupo de pares desarrollan juegos compartidos, como el popular juego de rol.
Alrededor de los tres años, el grupo de pares de un niño pequeño se amplía, pasando de uno o dos compañeros de juego a grupos más grandes. Surgen juegos más elaborados, que a menudo parecen bastante complejos incluso para un adulto. Durante esta fase, el grupo de pares generalmente se forma no por género, sino por preferencias de juego y edad. Poco antes de comenzar la escuela primaria, la mayoría de los niños empiezan a dividirse en grupos de pares según su género. A partir del grupo inicial, que aún estaba abierto a otros niños, se desarrollan amistades cercanas. Al comenzar la escuela primaria, el grupo de pares se reorganiza.
¿Cómo pueden los adultos apoyar la formación de un grupo de iguales?
Para que un niño se integre bien en un grupo de iguales, primero necesita un vínculo seguro con sus padres. Solo los niños que han desarrollado confianza en el mundo pueden separarse de sus padres para interactuar con sus iguales. Si un niño tiene un estilo de apego inseguro, es decir, si no sabe si puede confiar en sus padres, esto suele tener consecuencias negativas para su comportamiento social. Los niños que crecen aislados también suelen tener mucha dificultad para integrarse en un grupo de iguales. Por lo tanto, los padres deben fomentar el mayor contacto posible con otros niños. Esto podría ser a través de un grupo de juego o visitas regulares a un parque infantil. También es importante que los niños se reúnan con sus amigos. De esta manera, el niño puede experimentar la interacción con sus iguales desde una edad temprana.
